En nuestra anterior entrada queda debidamente acreditada la critica situación económica por la que atravesaba el Perú producto de las malas administraciones de sus gobernantes y la decadencia del huano que era de propiedad del Estado peruano, y de como el presidente Pardo opto por la monopolización del salitre, en manos de particulares, con el objeto de tener el control de ambos y de este modo manejar su oferta, medida con la cual comprometió tanto los intereses del propio Estado como el de los particulares en el éxito o fracaso de dicha empresa. El plan al poco tiempo se encontró con serios obstáculos que lo hacían peligrar, como el descubrimiento de salitre en suelo boliviano y chileno.
El haber jugado la suerte de todo el Perú en su apuesta por la monopolización del salitre sentó las bases del interés peruano por los territorios entre los paralelos 23º y 25º, puesto que los afanes de monopolio se veían amenazados por el grave inconveniente que representaban las salitreras chilenas recientemente descubiertas y que no podía expropiar como lo había hecho con las que operaban en Tarapacá, lo que hacia fracasar toda pretensión monopólica sobre el salitre, convirtiéndola en una mera ilusión, por lo que es en ese contexto, de peligro para la economía peruana, en que se comienza a gestar la “historia secreta de la Guerra con Chile” y es así como Pardo empieza a fraguar un ingenioso plan, digno de Maquievelo, con el objeto de sacar del camino a las salitreras chilenas que impedían la concreción de sus planes económicos, para lo cual busca una confabulación con Bolivia y Argentina a objeto de forzar a Chile a una repartija de gran parte de sus territorios.
Esta es la tesis que sustentan gran parte de los historiadores chilenos, por lo que a continuación inserto otro extracto de la obra de don Gonzalo Búlnes, “Guerra del Pacífico” “De Antofagasta a Tarapacá” en la cuál es explicada y fundamentada. La intención, ya expresada en la primera parte, es únicamente poner a disposición de peruanos y bolivianos la versión chilena de mano de los propios historiadores, ya que es muy difícil que puedan consultar directamente un texto chileno y afortunadamente hoy, la Internet ofrece las herramientas para ello.
CAPITULO II
Chile i el Perú antes de 1879.
El Tratado Secreto.
III.-Bolivia pide la alianza del Perú.
“Volvamos al período de las disidencias entre
Chile i Bolivia a propósito de la medianeria i de la
espedicion de Quevedo.
Como lo he dicho, esto provocó gran excitacion
en el Perú i en Bolivia en contra de Chile, corriente
que pasó de la prensa de Lima al gobierno o vice
versa, i motivó la demostracion naval de Meji-
llones.
En esas horas de exaltacion el diputado boliviano
don José Mier i Leon interpeló en octubre de 1872
al Ministro de Relaciones Esteriores sobre las rela-
ciones con Chile.
El debate se desarrolló en sesiones secretas i la
Asamblea autorizó por una lei al Ejecutivo para
solicitar la alianza del Perú, i ratificar el Tratado
que celebrase sin necesidad de someterlo a la apro-
bacion lejislativa. Este fué el oríjen del Tratado
secreto, celebrado entre el Perú i Bolivia en febrero
de 1873.
Lindsay se encontraba todavia en La Paz. Aun-
que nunca supo bien lo que se discutia en el Con-
greso a puertas cerradas, i le llegaran rumores que
se tramaba algo contra Chile, interpeló al Ministro
de Relaciones Esteriores quien le contestó que
-eran decires destituidos de todo fundamento-.
La resolucion de la Asamblea fué comunicada a
don Juan de la Cruz Benavente, Ministro Plenipo-
tenciario de Bolivia en Lima.
Todo hace creer que la actitud de Bolivia obede-
cia a sujestiones del Perú para conseguir su alianza
i tener en mano el gobierno de los salitres, sin lo
cual el vasto plan económico basado en el Estanco
no se podria realizar.
Pardo acojió favorablemente la jestion de Bena-
vente. El 19 de noviembre de 1872 se reunió en
Lima el Consejo de Ministros con asistencia del
Presidente i tomó el acuerdo de contestar al Pleni-
potenciario boliviano -que el Gobierno peruano
prestará su apoyo al de Bolivia para rechazar las
exijencias de Chile que considere injustas o atenta-
torias a la independencia de Bolivia-.
El Gabinete peruano se encargó de esplicar el
alcance de esa declaracion en una nota reservada
escrita al día siguiente a su ministro plenipotenciario
en Santiago, don Ignacio Novoa, cuya parte escen-
cial publico mas adelante. Pero ántes creo necesario
dar a conocer en sus grandes líneas el objeto del
Tratado secreto.
El Perú partiendo del supuesto de que Chile pro-
curaba anexarse el litoral de Bolivia salia a la pales-
tra en son de caballero armado en su defensa. La
suposicion era necesaria, pues sin ella carecia de
pretesto para interponerse entre Chile i el Gobierno
de La Paz ofreciendo a éste la garantia de su espada.
Como Chile no tenia segun el Perú otra aspiracion
sino esa, la conveniencia de Bolivia era aprovechar
que Chile carecia de fuerzas marítimas i que el
Perú las tenia en condiciones tales de impedirle
movilizar tropas en defensa del territorio dispu-
tado. I habia que andar lijero porque Chile hacia
construir dos blindados en Inglaterra.
Esta era la idea. La manera de realizarla la
siguiente: Bolivia declararia que no respetaba el
Tratado de 1866 que era el vijente en esa fecha i
ocuparia el territorio a que alegaba derechos, es
decir toda la zona salitrera. Naturalmente Chile
no soportaria el ultraje i declararia la guerra.
Habia que procurar que la iniciativa de la ruptura
partiera de Chile. Despues se solicitaria de Inglate-
rra el embargo de los buques chilenos en construc-
cion en nombre de la neutralidad, i entrarian en
accion el Perú i la Arjentina con sus flotas. Nom-
bro a la Arjentina porque formaba parte del pro-
yecto de Pardo buscar la cooperacion de este pais.
La hoja de parra con que se cubría esta política
era la palabra arbitraje. Las escuadras aliadas
obligarian a Chile a someter al arbitraje lo que les
conviniera, el que en caso de efectuarse, seria con
el Pacífico dominado por ellas i con el territorio en
disputa ocupado por Bolivia.
Nadie puede anticipar juicios sobre lo que no se
ha realizado. Sin embargo, no es temerario creer
que si Pardo consigue su objeto no se habria vuelto
a hablar de arbitraje. ¿Es concebible que él, el fuer-
te, teniendo en la mano la rejion salitrera, su aspi-
ration suprema, la entregase voluntariamente a
las eventualidades de un juicio contradictorio?
¿La Arjentina, dueña del Pacifico llevaria a un
tribunal sus pretensiones a la Patagonia cuando
precisamente en esos momentos la gran diverjencia
consistia en su negativa tenaz de incluir la Patago-
nia en el arbitraje?
Este es, crudamente espuesto, el sentido del Tra-
tado secreto. Nunca corrió Chile mayor peligro, ni
se elijió mejor el momento para dejarlo reducido
a aquel sobrante que no le interesaba a ninguno de
los complotados. La ventaja de cada uno era clara.
Bolivia creceria tres grados sobre la costa: la Arjen-
tina se apoderaria de todos nuestros territorios
orientales hasta donde quisiera: el Perú se haria
pagar por Bolivia con la rejion salitrera.
La síntesis del Tratado secreto era ésta: la oca-
sion, el desarme de Chile: el pretesto para producir
el conflicto, Bolivia: utilidad del negocio, la Pata-
gonia i los salitres.
Voi a comprobar estas afirmaciones con docu-
mentos inéditos i reservados de la Cancillería de
Lima.”
(Página 60 a 63)
Entradas relacionadas:
- Guerra del Pacífico. Perú, el verdadero instigador de la confrontación. Parte I
El haber jugado la suerte de todo el Perú en su apuesta por la monopolización del salitre sentó las bases del interés peruano por los territorios entre los paralelos 23º y 25º, puesto que los afanes de monopolio se veían amenazados por el grave inconveniente que representaban las salitreras chilenas recientemente descubiertas y que no podía expropiar como lo había hecho con las que operaban en Tarapacá, lo que hacia fracasar toda pretensión monopólica sobre el salitre, convirtiéndola en una mera ilusión, por lo que es en ese contexto, de peligro para la economía peruana, en que se comienza a gestar la “historia secreta de la Guerra con Chile” y es así como Pardo empieza a fraguar un ingenioso plan, digno de Maquievelo, con el objeto de sacar del camino a las salitreras chilenas que impedían la concreción de sus planes económicos, para lo cual busca una confabulación con Bolivia y Argentina a objeto de forzar a Chile a una repartija de gran parte de sus territorios.
Esta es la tesis que sustentan gran parte de los historiadores chilenos, por lo que a continuación inserto otro extracto de la obra de don Gonzalo Búlnes, “Guerra del Pacífico” “De Antofagasta a Tarapacá” en la cuál es explicada y fundamentada. La intención, ya expresada en la primera parte, es únicamente poner a disposición de peruanos y bolivianos la versión chilena de mano de los propios historiadores, ya que es muy difícil que puedan consultar directamente un texto chileno y afortunadamente hoy, la Internet ofrece las herramientas para ello.
CAPITULO II
Chile i el Perú antes de 1879.
El Tratado Secreto.
III.-Bolivia pide la alianza del Perú.
“Volvamos al período de las disidencias entre
Chile i Bolivia a propósito de la medianeria i de la
espedicion de Quevedo.
Como lo he dicho, esto provocó gran excitacion
en el Perú i en Bolivia en contra de Chile, corriente
que pasó de la prensa de Lima al gobierno o vice
versa, i motivó la demostracion naval de Meji-
llones.
En esas horas de exaltacion el diputado boliviano
don José Mier i Leon interpeló en octubre de 1872
al Ministro de Relaciones Esteriores sobre las rela-
ciones con Chile.
El debate se desarrolló en sesiones secretas i la
Asamblea autorizó por una lei al Ejecutivo para
solicitar la alianza del Perú, i ratificar el Tratado
que celebrase sin necesidad de someterlo a la apro-
bacion lejislativa. Este fué el oríjen del Tratado
secreto, celebrado entre el Perú i Bolivia en febrero
de 1873.
Lindsay se encontraba todavia en La Paz. Aun-
que nunca supo bien lo que se discutia en el Con-
greso a puertas cerradas, i le llegaran rumores que
se tramaba algo contra Chile, interpeló al Ministro
de Relaciones Esteriores quien le contestó que
-eran decires destituidos de todo fundamento-.
La resolucion de la Asamblea fué comunicada a
don Juan de la Cruz Benavente, Ministro Plenipo-
tenciario de Bolivia en Lima.
Todo hace creer que la actitud de Bolivia obede-
cia a sujestiones del Perú para conseguir su alianza
i tener en mano el gobierno de los salitres, sin lo
cual el vasto plan económico basado en el Estanco
no se podria realizar.
Pardo acojió favorablemente la jestion de Bena-
vente. El 19 de noviembre de 1872 se reunió en
Lima el Consejo de Ministros con asistencia del
Presidente i tomó el acuerdo de contestar al Pleni-
potenciario boliviano -que el Gobierno peruano
prestará su apoyo al de Bolivia para rechazar las
exijencias de Chile que considere injustas o atenta-
torias a la independencia de Bolivia-.
El Gabinete peruano se encargó de esplicar el
alcance de esa declaracion en una nota reservada
escrita al día siguiente a su ministro plenipotenciario
en Santiago, don Ignacio Novoa, cuya parte escen-
cial publico mas adelante. Pero ántes creo necesario
dar a conocer en sus grandes líneas el objeto del
Tratado secreto.
El Perú partiendo del supuesto de que Chile pro-
curaba anexarse el litoral de Bolivia salia a la pales-
tra en son de caballero armado en su defensa. La
suposicion era necesaria, pues sin ella carecia de
pretesto para interponerse entre Chile i el Gobierno
de La Paz ofreciendo a éste la garantia de su espada.
Como Chile no tenia segun el Perú otra aspiracion
sino esa, la conveniencia de Bolivia era aprovechar
que Chile carecia de fuerzas marítimas i que el
Perú las tenia en condiciones tales de impedirle
movilizar tropas en defensa del territorio dispu-
tado. I habia que andar lijero porque Chile hacia
construir dos blindados en Inglaterra.
Esta era la idea. La manera de realizarla la
siguiente: Bolivia declararia que no respetaba el
Tratado de 1866 que era el vijente en esa fecha i
ocuparia el territorio a que alegaba derechos, es
decir toda la zona salitrera. Naturalmente Chile
no soportaria el ultraje i declararia la guerra.
Habia que procurar que la iniciativa de la ruptura
partiera de Chile. Despues se solicitaria de Inglate-
rra el embargo de los buques chilenos en construc-
cion en nombre de la neutralidad, i entrarian en
accion el Perú i la Arjentina con sus flotas. Nom-
bro a la Arjentina porque formaba parte del pro-
yecto de Pardo buscar la cooperacion de este pais.
La hoja de parra con que se cubría esta política
era la palabra arbitraje. Las escuadras aliadas
obligarian a Chile a someter al arbitraje lo que les
conviniera, el que en caso de efectuarse, seria con
el Pacífico dominado por ellas i con el territorio en
disputa ocupado por Bolivia.
Nadie puede anticipar juicios sobre lo que no se
ha realizado. Sin embargo, no es temerario creer
que si Pardo consigue su objeto no se habria vuelto
a hablar de arbitraje. ¿Es concebible que él, el fuer-
te, teniendo en la mano la rejion salitrera, su aspi-
ration suprema, la entregase voluntariamente a
las eventualidades de un juicio contradictorio?
¿La Arjentina, dueña del Pacifico llevaria a un
tribunal sus pretensiones a la Patagonia cuando
precisamente en esos momentos la gran diverjencia
consistia en su negativa tenaz de incluir la Patago-
nia en el arbitraje?
Este es, crudamente espuesto, el sentido del Tra-
tado secreto. Nunca corrió Chile mayor peligro, ni
se elijió mejor el momento para dejarlo reducido
a aquel sobrante que no le interesaba a ninguno de
los complotados. La ventaja de cada uno era clara.
Bolivia creceria tres grados sobre la costa: la Arjen-
tina se apoderaria de todos nuestros territorios
orientales hasta donde quisiera: el Perú se haria
pagar por Bolivia con la rejion salitrera.
La síntesis del Tratado secreto era ésta: la oca-
sion, el desarme de Chile: el pretesto para producir
el conflicto, Bolivia: utilidad del negocio, la Pata-
gonia i los salitres.
Voi a comprobar estas afirmaciones con docu-
mentos inéditos i reservados de la Cancillería de
Lima.”
(Página 60 a 63)
Entradas relacionadas:
- Guerra del Pacífico. Perú, el verdadero instigador de la confrontación. Parte I
Solo una pregunta se puede saber como un pais instigador tiene solo dos buques de guerra operativos (Huascar e Independencia) y su adversario seis, o es que era tan idiota que penso que con sus dos buques ganaria la guerra
ResponderBorrarEl Perú definitivamewnte no fue instigador. Si nos vimos envueltos en esta guerra, fue que realmente compramos un lío ajeno, tras la firma del Tratado de Defensa, pues fue eminentemente defensivo, firmado en 1873 entre Perú y Bolivia ante la política expansionista y armamentista que mostró Chile y de testigos los demás países latinoamericanos,que tenían conicimiento de este tratado, así que no fue "secreto" como se dice.Recuerden que Chile se armó durante casi 10 años, gracias a su incondicional Inglaterra, donde mandó construir sus embarcaciones, siendo su flota moderna y numerosa, mientras que n osotros diezmados por la crisis económica y la caída de los ingresos del guano, estábamos diezmados económicamente, no compramos ni una fragata. Así que al final, Chile se apodera o mejor dicho nos arrebata Tarapacá,Arica y por poco perdemos Tacna,se reincorpora a nuestro país en 1929, 50 años después de iniciada la guerra, vale decir después de 50 años de ocupación chilena, Tacna según plebiscito manifiesta su firme decisión de seguir bajo el regazo peruano, y resistió HEROICAMENTE vejámenes y hostilidades durante el proceso de chilenización, por el cual lamentablemente sí perdimos Arica. Además Bolivia quedó confinada en sus tierras, tomando la posición de país mediterraneo, perdiendo la salida al mar dela que antes gozaba. Ah! y por si se olvidan, acaso Chile no le sirvió de anclaje o zona de estadía a las naves inglesas a durante la guerra de las Malvinas,dando la espalda a un país hermano como Argentina? De no haber sido así, Argentina habría reinvindicado para sí esas islas. Entonces ¡Quién es el verdadero instigador? ¡¡¿es ese el comportamiento de un dizque "país hermano"? Realmente el zorro se viste de cordero. Estén alertas hermanos. Gracias.
ResponderBorrarPeruanita 100%,
ResponderBorrarSegún ud. expresa es de la tesis que Perú entro en pleito ajeno, que no le incumbía.
El tratado fue “secreto” aunque Perú y Bolivia pretendan demostrar lo contrario. Todas las negociaciones, discusiones y aprobaciones parlamentarias fueron secretas. La intención de las partes era clara en tal sentido. Ahora, lo que supo Chile -por medio de Brasil- era que se estaba tramando algo contra nuestro país, pero no pasaba de ser un mero RUMOR sin confirmación oficial de ninguno de los confabulados, es más, como se señala en la entrada, una vez que llegó a oídos del gobierno de Chile este rumor, se hicieron las consultas pertinentes pero siempre se negó la existencia de tal tratado. Yo no me explico cómo aún en estos días perduran este tipo de argumentos que ud. defiende; esta totalmente acreditado que el tratado se negoció con absoluto secreto en los distintos congresos, que se negó su existencia ante las autoridades chilenas y el mero hecho que circulaba un rumor -NO confirmado oficialmente- de que se tramaba algo, no hace desaparecer el hecho que la voluntad de las partes, su intención y deseo, era que el tratado no fuera conocido por Chile. Lo que se juzga acá es la intención de ocultar la verdad a un país ignorante de lo que se tramaba, el hecho de que se haya filtrado algo de información –que insisto, siempre fue negada- no disminuye ni hace desaparecer una clara intención de ocultamiento ante Chile.
Si ud. meditara un poco más el argumento que me reproduce se daría cuenta que es portador de una tremenda contradicción: Supongamos que fuera cierto que Chile se armó de forma descomunal durante los 10 años previos a la guerra (cosa que es falsa) y sus tres indefensos vecinos –Perú, Bolivia y Argentina-, temerosos del ambicioso expansionismo chileno (cosa que también es falsa), acordaron un tratado para socorrerse y defenderse conjuntamente frente a la codicia y belicosidad de los chilenos y evitar que les arrebatara sus territorios. Lo natural hubiera sido que el tratado se hubiera hecho totalmente público, que hubiera salido hasta en la prensa de los tres países. Si la intención era evitar que Chile los invadiera y arrebatara territorios, lo lógico hubiera sido hacer sabedor a Chile que los tres países se han unido para defenderse si uno de ellos fuera invadido, de tal forma de disuadir a Chile en sus siniestras intenciones. Pero fue todo lo contrario. El argumento no se sustenta así mismo, siendo la interpretación que defiende Gonzalo Bulnes la que más se ajusta a los hechos: la razón para que fuera secreto es que era una trampa, una encerrona que se tramaba contra Chile. Figúrese, que al iniciarse el conflicto, Perú envió un emisario a Chile para “mediar”, en circunstancias que el tratado contra Chile ya estaba firmado y aún no se reconocía ante las autoridades chilenas su existencia y alcances, oficialmente aún era negado… ¿puede haber actitud más cínica?.
Siempre se habla del armamentismo chileno previo a la guerra, pero la única compra significativa fueron los dos blindados, siendo su adquisición un tema muy debatido en el Congreso de Chile y la razón de su adquisición fue la guerra contra España donde al carecer Chile de buenos buques tuvo que replegarse al sur, no pudiendo proteger sus costas e impedir el bombardeo impune del Puerto de Valparaíso. Incluso una vez mandados a construir se pensó hasta en venderlos en atención a la crisis económica por la que atravesaba el país. No fueron adquiridos para invadir a Perú ni a Bolivia ni a Argentina.
Respecto de Tacna, prefiero ni acordarme de cómo nos fue injustamente arrebatada luego de haber invertido tanto dinero, trabajo y esfuerzo en ella.
Lo dejó hasta acá, pese a que formula otras falsas acusaciones en contra de mí país.
Saludos.
Que reco es el roto portaliano carajo
ResponderBorrarpara comenzar hay que recordar que chile tenia el ejercito mas poderoso de sud America,lo cual no era gratis ya que ningun pais de la orbe tenia ese lujo.Lo que sucede es que chile fue utilizado poR INGLATERRA para poder apropiarse del salitre .Y eso que corroborado al final de la guerra cuando los Ingleses iniciaron la explotacion y los chilenos tuvieron que aceptarlo a salarios de hambre y si no pregunten a Allende a traves de la ouija por que le asqueaban los Ingleses.La prueba de que la guerra era por interes Economico y no por una reinvindicacion de Chile fue que se apoderaron de territorios que no les pertenecian y eso señores se llama robo .Por algo a la guerra del Pacifico se le llamo la guerra del salitre .
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