1. Declaración conjunta Chilena – Ecuatoriana:
En días previos a la reunión, 05 de mayo, la prensa Limeña ya manifestaba su preocupación al respecto, así “La Razón” publicaba las declaraciones de la canciller ecuatoriana; “estamos coordinando las agendas” con las autoridades de Chile para la visita de la delegación ecuatoriana a Santiago, especulando el periódico con que “no se descarta que parte de ellos se relacionen con las presiones que ejerce Chile para que Ecuador se alinee, como ya lo está haciendo, en el tema de imponer los paralelos como frontera marítima”.
En el referido encuentro se emitió una declaración conjunta de 42 puntos que abordan variadas materias y se creo el Consejo Interministerial Binacional, sobre el cual, la canciller ecuatoriana manifestó el día 10 que “el convenio es necesario para profundizar la colaboración, fortalecer las relaciones comerciales y económicas que permitan abrir las puertas a una asociación estratégica”, Foxley a su turno expresó que “estamos buscando una vinculación más integral a nivel de gobiernos e instituciones de la sociedad civil”.
De la amplia gama de acuerdos que suscribieron los gobiernos de Chile y Ecuador, el que más causo escozor e impacto en el Rimac fue el punto de la declaración conjunta de cancilleres por el cual “ratificaron la plena vigencia de los tratados y otros instrumentos del sistema del Pacífico Sur, en especial la Declaración sobre Zona Marítima de 1952 y el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954”. La canciller ecuatoriana, el día 11, expresó sobre el particular que “son antecedentes muy importantes para ambos países y están fundamentalmente orientados al uso pacífico de nuestros recursos marítimos en ejercicio pleno de nuestros intereses y soberanía”, a su turno, el canciller Foxley manifestó que “Chile siempre ha sostenido que no hay una controversia, porque hay acuerdos que tienen características de tratado del año 52 y 54, en los cuales se zanja ese asunto”, “nosotros nos atenemos no sólo a eso, con posterioridad a los acuerdos del 52 y 54 ha habido un conjunto de documentos, una voluntad de las partes de aceptar eso. Ha sido reconocido por la comunidad internacional”.
Reacción peruana ante acercamiento Chileno – Ecuatoriano:
Al día siguiente de la declaración conjunta, el 11 de mayo, La Razón titulaba en su portada “¡Chile y Ecuador se sacan la careta!. Firman pacto contra el Perú”. Las declaraciones de los cancilleres, conforme informo la prensa de ese mismo día 11, motivaron que la misma noche del 10 el Congreso peruano citara de “urgencia” a su canciller ante la Comisión de Relaciones Exteriores a fin de que explicara los alcances de tal acuerdo. Tras la reunión de dos horas, el canciller peruano, García Belaunde, aseguró a los medios que “no hay nada nuevo”, ni “nada que perjudique al Perú”, bajándole el perfil a la declaración conjunta señaló que Chile y Ecuador “han repetido una declaración de hace un año, no tiene mayores consecuencias. Está muy claro que el tema de delimitación marítima es uno de discrepancia que mantenemos con Chile, eso ya lo sabemos, no hay ninguna novedad”. En cuanto a las relaciones con Quito expresó que “el acuerdo no afecta en nada las relaciones con Ecuador, éstas marchan por buen nivel”.
Luis González Posada, presidente de la Comisión de Defensa, señaló a la prensa el mismo día 11 que “estos entendimientos proyectan una alianza largamente madurada y evidentemente ocultada a la opinión pública que de ninguna manera afecta al Perú ni lo va a hacer retroceder”, “es una alianza que finalmente se ha expresado en un convenio llamado Acta Constitutiva Interministerial Binacional, aquí lo que trata Chile es involucrar a Ecuador en un tema que no le corresponde”.
A su turno, Rolando Sousa Huanambal, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso Peruano, especulando sobre las intenciones de Ecuador manifestó que “las razones para que Ecuador haya utilizado esta oportunidad, son o le pertenecen a la órbita de la política externa de Ecuador. ¿Cuál es la razón? Problemas políticos que tienen en estos momentos, y están utilizando esta situación para de alguna manera desviar la atención, o Ecuador estaría buscando adquirir armamento chileno. No lo sabemos”, calificando de paso a la declaración conjunta de “inconveniente”.
En declaraciones consignadas por la prensa el 12 de mayo, el canciller Belaunde cambio algo su discurso del día anterior, indicando respecto a la declaración conjunta que “estas manifestaciones pueden ser interpretadas, de alguna manera, como una especie de alianza frente a otro”, “esta es la tercera vez que Chile y Ecuador hacen un comunicado conjunto con una referencia como ésta, probablemente esta vez el tono ha sido más vago, porque no habla de los límites marítimos, sino de una visión común de los derechos del mar”. Al final analizaremos lo acertadas de las conclusiones del canciller.
Ante la polémica suscitada en el Perú por la ratificación de los tratados del 52 y 54 la canciller ecuatoriana expresó que “es de lamentar que una visita tan importante para las relaciones bilaterales de Chile y Ecuador se haya concretado en un tema que realmente ocupó un rol marginal en las conversaciones y en los acuerdos de los países”, “creo que hay una enorme suspicacia en los medios de comunicación en el Perú, que ha habido una distorsión de la visita nuestra a Chile, que de ningún modo se trata de conformar un eje, que se trata más bien de conformar una plataforma de integración”. Donde se equivoco rotundamente la canciller fue cuando señalo que Chile y Perú “deberán resolver sus diferencias como un asunto bilateral” en lo referido al desconocimiento de la frontera marítima propugnada por el Perú.
2. Venta de armas de Chile a Ecuador:
El punto que más alarma y preocupación causo en el Perú se refiere a que el encuentro tenía como principal objeto conformar una “alianza o pacto militar” contra el Perú y la intención de Chile de traspasar armamento a Ecuador. En días previos al encuentro, o8 de mayo, el Presidente de la Comisión de Defensa del Congreso peruano, Luis Gonzáles Posada, manifestó que detrás del tema de Chile, Ecuador y Perú están los vendedores de armas que “estimulan” los conflictos y crean “recelos” entre los países con el fin de ofrecer sus armas, pero creemos que el parlamentario debería ser más honesto y señalar que es el Perú el que “creo un conflicto” cuando después de 50 años desconoció unilateralmente los tratados que establecen la frontera marítima. El 09 de mayo, el diario “La Razón” publicaba en su portada “¡Chile ofrece armas a Ecuador!. Tres fragatas y aviones Mirage”, y un artículo titulado “Inminente rearme ecuatoriano con material bélico chileno” donde advierte que “los acuerdos militares puedan finalmente concretarse” en la reunión de Santiago debido a la coincidencia de opiniones de ambos gobiernos en torno al tema marítimo, puesto que conforme expresa la nota “la información consultada con la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso da cuenta de la preocupación que existirá ante el abordaje tanto de un eventual compromiso para implicar a Ecuador en el diferendo marítimo, como de la confirmación del pretendido envío de buques de guerra y hasta aviones de combate que Chile desde hace tiempo busca hacer al Ecuador”. Señalando más adelante que los buques que serían traspasados a Ecuador sería las fragatas clase Lenader “Almirante Lynch”, “Ministro Zenteno” y “Almirante Condell” que entraron en servicio en 1973 y que cuentan con un cañón doble de 144 mm., dos Oerlikon de 20 mm. y lanzadores de misiles antiaéreos Sea Cat, a excepción de la Lynch donde fueron reemplazados por el sistema antiaéreo Phalanx de 30 mm., además de contar con misiles anti-buque Exocet MM40 en la Lynch y la Condell, y MM38 en la Zenteno. Se advierte que la Mariana ecuatoriana ve con agrado esta compra puesto que sus principales buques son precisamente fragatas Lenader adquiridas a la Marina Real Británica a principios de los ‘90, pero de una generación anterior a las nuestras, la “Presidente Eloy Alfaro” y la “Moran Valverde” que entraron en servicio en 1963 y 1967 respectivamente. Respecto a los aviones que serían traspasados a Ecuador, se señala que se trataría de algunos de los aviones caza Mirage 5 “Elkan”, adquiridos por Chile a Bélgica en 1994 y actualizados en dicho país bajo el programa MirSIP en la década del 90. Fueron dados de baja en diciembre de 2006 por la llegada de los F-16 tras haber prestado servicios por 12 años, estimándose que aún les restan 10 años de vida útil. En febrero de 2007 la prensa informó del interés de Colombia por adquirir 15 de ellos, interés que fue confirmado por Vivianne Balnlot, por entonces ministra de defensa de Chile, pero que en definitiva no se concreto. En atención a que tienen cerca de 30 años de antigüedad y a pesar del precio simbólico en que habrían sido ofrecidos, provoca ciertas “reservas” al Ecuador respecto a su adquisición.
Frente a la alarma peruana por el tema de las armas, el vicecanciller ecuatoriano Miguel Carvajal, el día 11, procuro tranquilizarlos señalando que “con Chile tenemos una relación de varios tópicos. No tiene una relación directa con la compra de armas. Ecuador no esta interesado en una carrera armamentista".
Después de todas las especulaciones y resquemores respecto al “pacto militar” y la venta de armas de Chile a Ecuador, la declaración conjunta, en su punto Nº23, consigna sobre el particular; “Los dos países destacaron la importancia de la Reunión de Interconsulta entre el Estado Mayor de la Defensa Nacional de Chile y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Ecuador y manifestaron su intención de profundizar la cooperación en las materias contenidas en las Declaraciones de Intenciones de sus ministros de Defensa Nacional, emitidas en enero de 2006, e incrementar la colaboración e intercambios entre sus Fuerzas Armadas, particularmente en materia de modernización de la educación y formación militar y de civiles en defensa, así como en otros aspectos de naturaleza académica y en materia de transferencia tecnológica e industrial”.
Luis González Posada, pese al tenor y alcance del acuerdo en materia de defensa aún persistía en generar suspicacias al respecto señalando que “es una alianza que también involucra la defensa nacional. ¿Que significa cooperación militar? ¿Es venta de armamentos o maniobras conjuntas?”, luego mete el dedo en la yaga en un tema sensible que ya esta zanjado y superado en el ámbito diplomático, “no olvidemos que Chile vendió armas a Ecuador en pleno conflicto del Cenepa, violentando el protocolo de Río de Janeiro y las normas de derecho internacional y el hecho que ese país era garante y esto se descubrió”.
A pesar que el acuerdo en el ámbito de la defensa contemplado en la declaración conjunta y que hemos trascrito, no hace alusión a la venta de armas, algunas altas autoridades peruanas persistían en que ese era el objetivo, puesto que según informó La Razón el 12 de mayo en una nota a Rolando Sousa, “en tal sentido, dijo que el objetivo de Ecuador al firmar esta declaración con Chile en esta materia es netamente militar, que tendría por fin adquirir el armamento chileno en desuso”.
Finalmente, una vez que las aguas se habían calmado, Fernando Bustamante, ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, se refirió al tema de las armas declarando en el canal ecuatoriano “Ecuavisa” que “a largo plazo la puerta está abierta para que este gobierno u otro pueda volver a suscitar el tema si es que las necesidades de la seguridad de la defensa nacional así lo ameritan”, “lo que decimos es que por el momento no existe esa demanda. Se verá cuando la necesidad surja, si es que la necesidad surge, pero por el momento no tenemos esa necesidad” (declaraciones recogidas por “La Razón” de 19 de mayo).
Consideraciones finales:
1. Es lamentable que sólo dos tópicos de una declaración de 42 puntos hayan acaparado toda la atención y eclipsado al resto, considerando que la variedad de materias y su alcance daban cuenta de la disposición de ambos países de concretar una real y duradera integración en el plano político, económico y social.
2. Todo el alborto que se armo en el Perú en torno al supuesto “pacto militar” y la “venta de armamento chileno” dado de baja al Ecuador resultó ser una exageración, producto de la clásica paranoia peruana. Se sobredimensionó en exceso un acuerdo cuyo objeto estaba fundamentalmente referido a la “cooperación formativa y académica”, después de todo, hay estrechos vínculos en estas materias entre los ejércitos de Chile y Ecuador considerando que el primero contribuyo a crear la “Academia de Guerra” de Ecuador.
3. Por otro lado, si el acuerdo hubiera involucrado la trasferencia de armamento a Ecuador, aún así hubieran sido infundados los resquemores peruanos debido a que los Mirage 5 “Elkan” les queda muy poca vida útil, y no constituyen un real contrapeso a los 10 Mirage 2000 y 19 Mig-29 con que cuenta el Perú, considerando que los últimos cuentan con el misil R-27 con un alcance de 100 Km., y que además, ambas aeronaves se encuentran en proceso de actualización de sus sistemas, y respecto a las 3 fragatas “Leander” equipadas con misiles Exocet MM38 y MM40 con un alcance de apenas 40 a 50 km. tampoco constituyen una real amenaza frente a la poderosa flota peruana de 8 fragatas “Lupo”, donde cada una de ellas porta 8 misiles anti-buque “Otomat Mk2” cuyo alcance es de 170 km. de distancia. Tal vez los temores irracionales del Perú, tienen su raíz en la traumática experiencia que sufrió su Marina de Guerra cuando en el Combate Naval de Jambelí de 25 de julio de 1941, la antigua y pequeña cañonera ecuatoriana BAE “Calderón”, con sólo 4 impactos certeros logro inutilizar y sacar de combate al moderno destructor peruano BAP “Almirante Villar”, quien tuvo que ser auxiliado y remolcado a puerto por otros buques de la escuadra peruana.
4. En cuanto al punto referido a los límites marítimos también fue sobredimensionado, por cuanto como hemos manifestado no consigno de forma clara y expresa los dos puntos que interesan a Chile y también a Ecuador, estos es, que los instrumentos del 52 y 54 son tratados internacionales, (puesto que habla de los “tratados y otros instrumentos”), y que establecen el paralelo como limite marítimo entre Chile-Perú y Perú-Ecuador, punto que fue totalmente omitido. En base a ello es que en realidad significa un fracaso diplomático para Chile y un triunfo para el Perú, y el canciller Belaunde no pudo contener su complacencia al respecto cuando afirmó, en cuanto a la declaración, que el “tono ha sido más vago porque no habla de limites marítimos”, por lo que concluyó alegremente que “no hay nada nuevo”, “nada que perjudique al Perú”, y no deja de tener razón por cuanto no se produjo mayor avance respecto a las anteriores declaraciones, puesto que no abordó los puntos que realmente interesaba dejar claramente consignados con miras a la tesis peruana de la bisectriz, ya que los cancilleres se limitaron a reafirmar únicamente la “plana vigencia de los tratados y otros instrumentos”, pero el punto cuestionado por el Perú no es la “valides” de los tratados del 52 y 54, sino que su carácter de “tratados limítrofes marítimos”, eso es lo que le desconocen los peruanos, por lo que claramente tal declaración no perjudica en nada las pretensiones peruanas de alterar los límites marítimos.
5. Es realmente lamentable que se haya desaprovechado aquella instancia para dejar establecida de forma clara e inequívoca la postura común de Chile y Ecuador frente al intento del Perú de modificar las fronteras marítimas de forma unilateral e ilegítima. Las razones por las cuales las autoridades Ecuatorianas no han asumido un mayor compromiso frente al tema las desconozco y tampoco las puedo entender, es más, me resulta una actitud totalmente ilógica y de mucha irresponsabilidad, debido a que no es un tema que afecte únicamente a Chile sino que también a ellos. Debido a esta falta de previsión de escenarios futuros, ojalá que el tiempo no les pase la factura a los ecuatorianos y el día de mañana se lamenten de lo que no hicieron hoy.
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